Un gato en un árbol. Después me pregunto por las cigalas que iremos a comer y recuerdo a las langostas de Jean Paul Sartre, que lo acompañaban por las calles de París; "mis pequeños" decía el. También recuerdo al cantaor. -"No juegues con la comida"-. Todo el mundo a comer, hay almejas de sobra. Los niños vienen, pican la torta y ahora hay más alegría... Ya tardaban en repartirla. Una casa de piedra y un hórreo. El camino entre los árboles, asimetría, entrar en él es como entrar a otro mundo, de hecho entro y juego con Chamán, corro entre los árboles hasta que me cuesta respirar. Tortilla de papas, pan, naranjas, té bien caliente. De nuevo el bosque, me atrapa. Chamán sigue jugando y buscando rastros de conejos entre los helechos que en esta época suelen estar secos, dejando a la vista pequeños túneles y pasadizos. Un rayo de Sol en mi rostro: placer y vida.
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